UNOS «FINOS» ARTESANALES
El vino es lo mejor de la Taberna «Casa Lorenzo». Pedro Erencía lo cría
con todo el esmero que necesitan los vinos «finos» de larga crianza. En
este taberna se sirven fundamentalmente tres tipos de vino de idéntica
naturaleza, aunque en tres «escalas» diferentes de su crianza.
En el más «chiquito», que equivale, en nuestro argot a la «segunda
criadera» se aprecian los aromas afrutados de la juventud. Este vino es
el más apropiado para consumirlo con «abundante moderación».
Le sigue un vino de la «primera criadera» en el que se distinguen los
aromas característicos de los de la crianza «bajo velo de flor» en botas
de roble americano. A la boca es suave y agradable. Este es el «Fino
Butragueño», un vino ideal para alternar «las tres inevitables copas»
con una buena tertulia de amigos.
La nomenclatura de los vinos en esta taberna resulta un poco anárquica ,
ya que se cambian al antojo del dueño. Lo que no cambia nunca, sin
embargo, es la calidad de los mismos.
Y para entendidos, está el «Fino Coronación». Se trata de un vino con
mucha crianza «en fino» , lo que resulta muy dificil de conseguir. El
«Fino Coronación» lo sirve Pedro en copas grandes cuyo volumen permite
catar la variada gama de aromas que tiene este magnífico «fino».
Acompañado de una tapa de queso añejo, resulta ideal.
Para conseguir la calidad de los vinos que se beben en esta taberna, es
preciso conjugar varios requisitos: disponer de buenas botas bien
envinadas, ser muy exigente a la hora de comprar los vinos de mosto y
que su origen se localice en los mejores «pagos» de Montilla. Además, la
bodega debe tener una temperatura y humedad adecuadas y homogéneas
durante todas las estaciones del año. Por otra parte, será preciso
correr la «escala» de una forma adecuada.
Todas estas operaciones las lleva a cabo con maestría, celo y
experiencia, Pedro en su bodega. Prueba de ello es la extraordinaria
calidad de sus vinos que atraen visitantes de toda la comarca.
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